Luciano de Samósata es uno de los representantes destacados de la llamada Segunda Sofística, movimiento que supone un apogeo de la retórica, que es coetáneo y, a la vez, influye en el último de los géneros literarios griegos: la novela. La novela occidental nace en el oriente próximo de habla griega durante la Época Helenística. Se trata de una zona geográfica muy amplia pero con una cultura y tradición literaria común y homogénea cuya lengua de expresión era la koiné griega.
La novela es un género tardío de la literatura griega. Tenemos testimonios que van desde el s. I a.C. hasta el IV d.C. Las que conservamos son restos de una producción que se supone más amplia. Sin embargo, el rasgo más importante de la novela es su carácter no griego pues está plagada de rasgos orientales.
Algunas características generales de la novela griega son: el individualismo del héroe; la acentuación psicológica; la ruptura entre los ideales del personaje y su mundo; su carácter ético problemático y la forma abierta. Es el último de los géneros y aparece en una época de decadencia. No es un producto clásico, sino más bien anticlásico. La mayoría de las novelas conservadas son de tipo romántico. No se trató de este género en las poéticas clásicas ni está sujeto a reglas de composición con proporciones fijas. Admite todo: verso, prosa, digresiones, etc. Es por eso que carece de forma canónica. Se trata de una forma abierta a la que incluso le faltó una denominación en la Antigüedad. Comparte con la historiografía el gusto por lo maravilloso y lo lejano. Al apartarse del ideal clásico abre camino a los tipos medios y a los sentimientos corrientes, al ideal burgués en definitiva. Al igual que el arte helenístico, tiende a plasmar lo íntimo, lo patético, lo vulgar y lo grandioso, continuando una tendencia de siglos que busca el efectismo teatral e intenta aproximarse a la realidad en sus aspectos más triviales hacia un naturalismo incipiente.
Luciano de Samósata: Relatos Verídicos
“Ahora que vamos despacio,
Vamos a contar mentiras”
Luciano de Samósata es uno de los representantes destacados de la llamada Segunda Sofística, movimiento que supone un apogeo de la retórica, que es coetáneo y, a la vez, influye en el último de los géneros literarios griegos: la novela. La novela occidental nace en el oriente próximo de habla griega durante la Época Helenística. Se trata de una zona geográfica muy amplia pero con una cultura y tradición literaria común y homogénea cuya lengua de expresión era la koiné griega.
La novela es un género tardío de la literatura griega. Tenemos testimonios que van desde el s. I a.C. hasta el IV d.C. Las que conservamos son restos de una producción que se supone más amplia. Sin embargo, el rasgo más importante de la novela es su carácter no griego pues está plagada de rasgos orientales.
Algunas características generales de la novela griega son: el individualismo del héroe; la acentuación psicológica; la ruptura entre los ideales del personaje y su mundo; su carácter ético problemático y la forma abierta. Es el último de los géneros y aparece en una época de decadencia. No es un producto clásico, sino más bien anticlásico. La mayoría de las novelas conservadas son de tipo romántico. No se trató de este género en las poéticas clásicas ni está sujeto a reglas de composición con proporciones fijas. Admite todo: verso, prosa, digresiones, etc. Es por eso que carece de forma canónica. Se trata de una forma abierta a la que incluso le faltó una denominación en la Antigüedad. Comparte con la historiografía el gusto por lo maravilloso y lo lejano. Al apartarse del ideal clásico abre camino a los tipos medios y a los sentimientos corrientes, al ideal burgués en definitiva. Al igual que el arte helenístico, tiende a plasmar lo íntimo, lo patético, lo vulgar y lo grandioso, continuando una tendencia de siglos que busca el efectismo teatral e intenta aproximarse a la realidad en sus aspectos más triviales hacia un naturalismo incipiente.
La novela griega fue muy popular en su momento y era leída por todo el mundo (ricos, pobres, cultos, menos cultos, etc.). Se dirige al gran público cosmopolita, al contrario que los géneros anteriores que se dirigían a sectores sociales más concretos. Además, tiene menos pretensiones, principalmente distraer y emocionar a lectores aislados y solitarios, no a grandes auditorios como la épica o el drama. El lector de novelas las identifica con la vida, quiere vivir en la novela e identificarse con sus personajes. Estas ficciones suponen un refugio para un público sediento de aventuras incapaz de hallarlas en la realidad.
La mayoría de las novelas griegas que conservamos son de amor y aventuras y siguen una trama estereotípica: dos bellísimos jóvenes se enamoran de repente por un flechazo lo cual les provoca terribles sufrimientos pues siempre hay algo que produce su separación y, tras un periodo de búsqueda y peripecias, se produce el reencuentro. Se llega a muchos momentos de tensión y suspense pero el lector sabe siempre que el final será feliz y acabará con el matrimonio de los sufridos amantes.
La novela de Luciano, sin embargo, nos llama la atención precisamente porque se aparta de este canon aunque no completamente. Sigue siendo un relato de aventuras pero escrito de forma paródica y, además, en él se ha suprimido el otro ingrediente característico de la novela griega: el amor. Por su contenido, se enmarca dentro del género utópico y podríamos considerarla como un antecedente de los llamados relatos de ciencia-ficción.
La trama es la siguiente: tras una pequeña introducción o prólogo en el que el autor expone cuáles son sus intenciones a la hora de escribir el relato, comienza una narración en primera persona sobre distintas y disparatadas peripecias que vive en un viaje fabuloso por mundos desconocidos y lejanos como la luna o el sol, el vientre de una ballena o la famosa isla de los Bienaventurados para acabar en un lejano país, nada menos que en las antípodas, “el continente opuesto al que nosotros habitamos”[1].
En este viaje se encuentra con toda una serie de criaturas fantásticas y exóticas como los selenitas de la luna que luchan contra los solares; seres híbridos como los nefelocentauros, los dendritas o la mujeres-viña. También aparecen monstruos descomunales como la colosal ballena en cuyo vientre hay todo un microcosmos paralelo a los descritos en el exterior de la misma. Aparecen ríos de vino, mares de leche, árboles que dan como fruto copas de cristal y así un sinfín de prodigios que muestran que la imaginación del autor no conoce límites.
En lo que respecta a su estructura externa, la novela está compuesta por dos libros que originariamente se corresponderían con dos papiros diferentes aunque, como ha señalado García Gual[2] la estructura de la composición de ambos es paralela. Desde el punto de vista interno, la novela se compone de las siguientes partes:
1- Prólogo: abarca los párrafos 1-4 del libro primero. Se trata de una breve introducción en la que el autor expone sus propósitos a la hora de escribir el relato. Su obra se dirige a intelectuales y el propósito de la misma es proporcionarles un descanso entre las complejas lecturas que realizan mediante un relato ameno. Su intención es explícitamente la parodia de relatos fantásticos de autores anteriores que escribieron con pretensiones serias pero que están plagados de mentiras. Lo único verdadero del libro es que todo es mentira.
2- Desarrollo de la narración: abarca el resto de la obra salvo el último párrafo del libro segundo (nº 47). Se compone de las siguientes aventuras:
- Salida desde las Torres de Hércules (Gibraltar) hacia el Océano occidental (Atlántico) y llegada a la isla del río de vino y las mujeres-viña tras una tormenta de 70 días (párrafos 5-8).
- Un tifón conduce a la nave a la luna. Guerra entre selenitas y solares. Intento de conquista del Lucero del Alba. Victoria final de los Heliotas y acuerdos de paz. Descripción de las maravillas observadas en la luna (párrafos 9-27).
- Llegada a Licnópolis, Ciudad de las Lámparas, con parada previa en el Lucero del Alba (28-29).
- Vuelta a la tierra, al océano. Aventuras en el interior de la gran ballena. Exploración y descripción del microcosmos y de sus habitantes. Presentación de Esquíntaro y su hijo y exterminio del resto de habitantes de la isla (30-1 del libro segundo).
- Salida del interior de la ballena y viaje por diferentes islas: Corcho, Quesona, etc. (2-4).
- Isla de los Afortunados. Pleitos. Descripción de las distintas maravillas y encuentro con personajes legendarios. Expulsión de la isla tras siete meses de permanencia. Ulises entrega a Luciano una Carta para Calipso. (5-29).
- Isla de los impíos, donde viven los que han mentido y los historiadores que no escribieron la verdad, como Ctesias de Cnido y Heródoto. (30-31).
- Isla de los ensueños. (32-34).
- Isla de Ogigia. Encuentro con Calipso. (35-36).
- Encuentro y combate con los calabazopiratas. Encuentro con guerreros montados en delfines. (37-39).
- Hallazgo del gigantesco nido de alción. Paso en el que el tiempo corre al revés (al calvo Esquíntaro le vuelve a crecer la melena). (40-43).
- Isla de los bucéfalos (44).
- Hombres-barco y hombres que navegan sobre corcho (45).
- Isla Engañosa y “mujeres patas de asno” (46).
- Llegada a las antípodas (47).
3- Fin del relato: al final del párrafo 47 pone Luciano punto final a sus aventuras prometiendo escribir otro libro con las que le ocurrieron en ese continente opuesto al nuestro.
[...]
[1] Pág. 88. La edición utilizada es la de García Gual citada en la bibliografía.
[2] Vid. Artículo citado en la bibliografía.
- Quote paper
- Anglistik/ Germanistik/ klassische Philologie Enrique del Cerro Calderón (Author), 2011, La novela: Relatos Verídicos (Luciano de Samósata), Munich, GRIN Verlag, https://www.hausarbeiten.de/document/199773